Qué es lo que provoca la ciática 

Genera un dolor que puede ir desde la parte baja de la espalda hasta las piernas 

Cuando alguien dice que anda mal de la “ciática”, se refiere a que padece un dolor que recorre el trayecto del nervio ciático. Este  nervio abarca desde la parte baja de la espalda, pasando por las caderas y los glúteos, hasta llegar a cada pierna. 

Expertos del Fleni, la organización sin fines de lucro que fue creada en el año 1959 por el neurólogo Raúl Carrea en Buenos Aires, aclararon que se trata de una inflamación dolorosa del nervio ciático. El dolor se irradia desde la nalga a la cara posterior del muslo, la cara externa de la pierna y el pie.  

Las causas más frecuentes que la provocan son la hernia del disco vertebral que puede comprimir al nervio ciático, la osteítis (que consiste en una inflamación del hueso), los tumores, la meningitis o la diabetes.  

Especialistas de la Clínica Mayo de los Estados Unidos han explicado que la ciática se da debido al pinzamiento del nervio ciático. La causa suele ser una hernia de disco en la columna vertebral o el crecimiento óseo excesivo, a veces denominado espolón óseo. En raras ocasiones, un tumor puede ejercer presión sobre el nervio. O bien, una enfermedad como la diabetes puede dañar el nervio. 

Los factores de riesgo de desarrollar la ciática son varios. Uno de ellos es la edad. Los cambios en la columna vertebral relacionados con la edad, como las hernias de disco y los espolones óseos, son las causas más frecuentes de la ciática. El sobrepeso también aumenta la tensión en la columna vertebral. Un trabajo que requiera torcer la espalda, transportar cargas pesadas o conducir un vehículo a motor durante largos períodos puede influir en la ciática.  

Otro factor es permanecer sentado durante mucho tiempo y tener diabetes. Esta enfermedad, que afecta la manera en que el cuerpo usa la glucosa en la sangre, aumenta el riesgo de presentar daños en los nervios. 

La mayoría de las personas se recupera por completo de la ciática, por lo general, sin recibir tratamiento, según la Clínica Mayo. Sin embargo, hay pacientes que sí requieren atención. 

Como prevención, se debe hacer actividad física que trabaje los músculos del torso

El tratamiento consiste en reposo en cama, con la ingestión de antiinflamatorios y analgésicos, kinesiología y el estudio con resonancia magnética para descartar compresiones quirúrgicas, según FLENI. 

Para proteger la espalda, se aconseja hacer ejercicio con regularidad. Se debe mantener una buena postura cuando la persona se encuentre sentada. Hay que usar el cuerpo correctamente cuando se está de pie durante períodos prolongados. Por ejemplo, se puede descansar un pie sobre un taburete o una caja pequeña. Cuando se levantan objetos pesados, hay que dejar que las piernas ejerzan la fuerza.


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